La nueva ruta turística de Santiagomendi nos trasladará a los orígenes de la cultura de la sidra y a la historia de los caseríos de Euskal Herria a través del paisaje de Astigarraga.
Historia que se entiende a través del cultivo de la manzana y de la producción de sidra. De sus caseríos y lagares, de la relación de sus habitantes con el Señor de Murguía, de la apertura al mar y el camino de Santiago, del declive de la sidra y su protección, de los referentes culturales y de su nuevo apogeo con la llegada del concepto del ocio ligado a la sidra…
La expansión del cultivo del manzano y de la producción de sidra sólo fue posible mediante el acuerdo de los vecinos de Astigarraga con los Señores de Murguía para poder transitar los caminos y accesos a los puertos fluviales del Urumea desde sus caseríos en Santiagomendi. Este hecho de vital importancia, que se produce en 1382, es la pieza clave para entender la historia de la sidra y de Astigarraga hasta su constitución como villa en 1660.
La apertura a los puertos fluviales y las posibilidades de comercialización que ofrecía tienen una consecuencia decisiva: la relación de la sidra con el mar, a través de las campañas pesqueras de las naos vascas en Terranova, que zarpaban desde el puerto de Pasaia. En la pobre dieta de aquellos marineros, la sidra aportaba la vitamina C para combatir una de las enfermedades más temidas: el escorbuto.
Durante el siglo XVI, cada primavera partían del puerto de Pasaia en Gipuzkoa muchas naos con destino a Terranova para la caza de la ballena y la pesca del bacalao. Cada campaña duraba alrededor de ocho meses y los barcos regresaban con el saín de las ballenas, su grasa, como elemento más preciado.
El caserío era una unidad económica y familiar. En Santiagomendi prácticamente todos ellos disponían de un lagar de madera para la elaboración de la sidra, tarea que guardaban celosamente en secreto y que se transmitía de padres a hijos. La gran importancia de los caseríos queda patente en el hecho de que diversas variedades de manzanas llevan sus nombres, como ocurre con Txalaka o Goikoetxea. Junto a los lagares, las caleras eran elementos muy destacados en donde se transformaba la caliza en cal viva para el abono de la tierra, el tratamiento de enfermedades…
Astigarraga fue uno de los pocos lugares en los que la producción de sidra sobrevivió al declive de los siglos XVII al XIX. Gracias a esta supervivencia, a comienzos del siglo XX nace un nuevo concepto de sidrería como lugar de esparcimiento y ocio.
La historia de la sidra, de Astigarraga y de Santiagomendi es una llamada a la protección del entorno natural, de nuestras señas de identidad y es la demostración de una forma sostenible de prosperar.
El paseo contiene ocho estaciones donde el visitante descubrirá la importancia, el apogeo y la decadencia de la producción de la sidra, del desarrollo de Astigarraga, y de la aparición de un nuevo concepto, el ocio, que ha propiciado un resurgimiento de la sidra, de su producción y de su cultura.
Dentro de la variada oferta de actividades que nos proponen desde Sagardoetxea, Museo de la Sidra Vasca, encontramos la ruta turística de Santiagomendi, que hemos incorporado a la guía audiovisual.
La guía audiovisual es muy útil para este recorrido ya que aporta un mapa con localización por GPS, fotografías y audios complementarios a los paneles informativos, así como información complementaria durante el recorrido intermedio entre las diferentes estaciones.